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Rakel Camacho: «El teatro de Fassbinder es tremendamente actual y posdramático»

por Antonio Rojano

Entrevista
Imagen
Las amargas lágrimas ©Javier Naval

PREGUNTA: ¿Cómo surge el montaje de Las amargas lágrimas de Petra von Kant
RAKEL CAMACHO: Hubo un interés del director artístico, Luis Luque —que agradezco muchísimo—, de que yo pudiera estrenar una pieza en Nave 10 Matadero. Tuvimos varias conversaciones y le estuvimos dando vueltas a algunos textos. Fassbinder siempre fue un autor que tenía ahí, en algún lugar de la cabeza, pero fue Luis el que me propuso esta obra. Cuando me lo dijo, sentí que acertaba de lleno y que tenía una conexión clara con mi poética. Yo necesitaba algo que conectara con mi universo, que me permitiera navegar, ser libre y desarrollar mis ideas. .

PREGUNTA: ¿Qué has encontrado en Fassbider que ya existía en ti como creadora? ¿Qué hay de Rainer en Rakel? 
RAKEL CAMACHO: Muchas cosas. En primer lugar, el trabajo teatral. Fassbinder decía que montaba películas como si fueran teatro y que hacía teatro como si rodara cine. En él está muy presente la teatralidad, en todos los formatos. Es muy interesante ver cómo aquí genera algo nuevo, algo que podríamos definir como melodrama distanciado. Cómo es capaz de darle una forma estética a lo que será un descenso a los infiernos. Él decía, por ejemplo, que no le interesaba nada lo que le estaba pasando al actor en un momento determinado. Para Fassbinder, al final, todo está vinculado con la forma. Primero entra el cuerpo y luego la imagen. Y más tarde, se produce una explosión de los elementos escénicos y teatrales. En segundo lugar, además del distanciamiento, me reconozco en la parte musical. Él dice que se siente una “vedette” desde niño, y esto lo comparto personalmente. Él se define como romántico y barroco, y yo también podría definirme así. Me importa mucho el objeto como símbolo, tengo cierto fetichismo... El teatro de Fassbinder es tremendamente actual y posdramático. En la obra pasan multitud de cosas, las escenas también están compartimentadas y el conflicto de Petra es también un conflicto de ideas. Es decir, termina encerrando una visión política. Las rupturas están muy presentes en mis obras, que tienen espacio para una mirada estética pero también para momentos musicales. Son estallidos de teatralidad que el cine no permite y que a mí me interesan especialmente. Fassbinder ha sido como volver a mis primeros montajes. Proyectos en los que encontré siempre mucha libertad como Lucientes o Una novelita lumpen, y que conectaron con la esencia y las motivaciones de por qué quiero hacer teatro.

PREGUNTA: Siendo una historia que hemos visto en otros montajes o que podemos descubrir a través de la película de 1972, ¿cómo te enfrentas a la peripecia amorosa de Petra von Kant?  
RAKEL CAMACHO: Petra von Kant (Ana Torrent) es su alter ego. Aquí Fassbinder nos cuenta un poco su historia de amor y desamor, la relación con sus amantes. No deja de ser su vida. Es el modo en que él se relaciona con las personas. El punto de partida, en definitiva, es la soledad. Un hombre solo frente a la incomunicación. La obra está repleta de escenas de a dos, cada uno de los personajes defiende una postura o un discurso, pero las escenas no logran avanzar. Las ideas no se desarrollan y ahí es cuando aparece esa imposibilidad de comunicarse o de encontrarse con el otro. Es una obra que habla del desamor, los infiernos creados, el dolor... Pero, al final, son problemas generados por la incomunicación. Una vez que he trabajado la obra, que la he investigado y que la tengo más o menos montada, creo que el tema fundamental es el de la falta de comunicación.

PREGUNTA: ¿Piensas que sus temas siguen resonando en 2025 con la misma fuerza?
RAKEL CAMACHO: Creo que cada frase sigue golpeando en el mismo lugar. Es una obra política. Es fascinante cómo Fassbinder es capaz de coser lo político a las dinámicas de las relaciones personales. Para mí, es muy interesante y contemporáneo. En una réplica, Karin (Aura Garrido) dice que si no trabajas, no eres nada. Y es cierto. Esta es una obra sobre las desigualdades en las relaciones humanas, sobre la comunicación, sobre el amor y la rabia, sobre el sufrimiento y la frustración... Y destacaría también el tema de las apariencias, la mirada del otro, el qué van a decir de mí, de lo que soy o de lo que tengo. Al final, todo lo que construimos a lo largo de nuestra vida es muy frágil. Karin, con su aparición, derriba todo un sistema. Vemos cómo a una persona que está en el culmen de su carrera se le desmorona todo. Una mujer outsider, que viene de fuera, es capaz de desmantelar una vida completa a través de una relación amorosa, sexual y romántica. Todo esto me parece muy contemporáneo.

PREGUNTA: Ahora hablamos de relaciones líquidas y de consumir personas como si fueran productos que compramos...
RAKEL CAMACHO: El amor como transacción, por supuesto. O como un intercambio económico. Hablaba recientemente con el equipo que Petra también abusa de su poder. En diez segundos le pide a Karin que se quede a vivir con ella. En diez segundos le demanda que la bese. La necesidad de amor y de cariño de Petra es tremenda, pero no podemos olvidar quién está abusando de su poder.

PREGUNTA: ¿Cómo ha sido trabajar con el reparto, encabezado por Ana Torrent y Aura Garrido?
RAKEL CAMACHO: Las actrices han tenido que adaptarse a la directora y la directora a las actrices. Creo que hay una forma de trabajo conjunta. Ese es el teatro en el que creo. Yo suelo venir con unas ideas muy claras en mi cabeza, pero que, a la vez, no sé cómo van a resultar durante los ensayos. Tengo que desarrollarlas, expresarlas ante el equipo. El reparto es variado, cada una con un bagaje artístico, vital y profesional diferente. Primero hay que conocerse e ir encontrando las conexiones y las desconexiones. Y a partir de ahí, empezar a construir. Fassbinder aporta un texto con muchas ideas. Así que debemos conversar sobre el pensamiento, los conceptos, para ir llegando a la esencia. Un poco como ocurre con el personaje de Petra. Ella viene de la opulencia del éxito y va liberándose, dejando capas atrás, hasta llegar a la piel. Con el equipo artístico hemos trabajado igual. Para mí, dramaturgia, escenografía, vestuario, música, iluminación, todo tiene que estar ensamblado. Creo en la obra de arte total. Siendo una diseñadora de moda —la protagonista de la obra—, el vestuario ha tenido una importancia destacable. Con la escenografía, fue muy importante desde el comienzo la idea de escaparate. Aparecen los espejos. Espejos que te miran y a los que puedes mirar. La escenografía tiene algo de pasarela. Es una escenografía muy fría además, siguiendo la idea de Fassbinder de que el amor siempre es más frío que la muerte.

PREGUNTA: ¿Qué otros proyectos tienes por delante?
RAKEL CAMACHO: Cuando estás trabajando con un autor así, tan potente y visionario, tan genial, te apetece seguir indagando en su obra. De lo que se puede contar, Laila Ripoll anunció que este verano dirigiré Fuenteovejuna para la Compañía Nacional de Teatro Clásico. ¿Proyectos futuros que me gustaría hacer? Pues tengo una lista muy extensa. Brecht está pendiente desde hace tiempo. Por ejemplo, Un hombre es un hombre, un texto que me encantaría dirigir en el futuro. Me interesa la búsqueda del esperpento contemporáneo, ya sea en Nieva, Fassbinder o Pinter, que tuve la suerte de hacerlo en la RESAD y me gustaría también regresar a él. Como puedes comprobar, soy una directora muy ecléctica.

Rakel Camacho versiona y dirige Las amargas lágrimas de Petra von Kant, de R.W. Fassbinder, que puede verse del 28 de marzo al 20 de abril de 2025 en la Sala Max Aub de Nave 10 Matadero. Consigue tus entradas en este enlace. 

Antonio Rojano es dramaturgo y coordinador dramatúrgico de Nave 10 Matadero para la Temporada 24|25