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Abonos de Temporada

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Antonio Rojano

Dramaturgista Temporada 2024/25

Imagen
Antonio Rojano ©Carlos Luque

Planteamiento dramatúrgico


UN MAPA POR HACER

Resulta emocionante acompañar el nacimiento de un nuevo proyecto escénico. Desde que tuve constancia de los primeros pasos de Nave 10 Matadero, entendí, mejor que nunca, lo necesario que es un lugar de estas características para el teatro madrileño. Un espacio que devuelve la creación dramática contemporánea al centro del escenario. Un foro abierto a todos, público y profesionales del sector, sin elitismos ni límites auto-impuestos, en el que un teatro culto y ambicioso, pero también popular, pueda producirse y exhibirse en las mejores condiciones a lo largo de la temporada.

Recuperar la idea de abrir una «Casa para los Creadores» es, sin duda, un acierto claro en la identidad de este proyecto artístico. Refugio para dramaturgas y dramaturgos, por supuesto, escritores de diferentes edades y estilos, pero también para directores y directoras de escena, emergentes o consagrados. Un teatro de creación que se alía, sin pudor, con la palabra escrita. Por lo tanto, cuidaremos el lenguaje. Expresiones como “hospitalario”, “igualdad” o “colaboración” estarán presentes en la Nave y en sus salas de ensayo, ya sea para los profesionales de la casa o las compañías que nos visiten, intentando cumplir siempre las buenas prácticas que reclama el tiempo presente.

Desde mi posición, la figura del dramaturgista, y mi experiencia, más de veinte años como autor de teatro, el reto será acompañar a Nave 10 en su primera temporada. Ayudaré, durante estos meses, a pensar su filosofía y a reconocer las fuerzas que sostengan este modelo a largo plazo. Mi tarea será realizar el esbozo de un mapa-por-hacer, que anticipe los peligros a los que nos enfrentaremos en el viaje, que señale dónde están los mejores vientos para tomar impulso y que se pregunte cuál es la ruta idónea para esta nave.

Pero, ¿qué es un teatro enfocado en el repertorio del siglo XXI? ¿Acaso existe este teatro, más allá de ser contemporáneo a nosotros mismos? ¿Qué obras y creadores son de interés para un espacio que recién comienza, tembloroso, su andadura? El desafío ahora, tal vez, sea responder a estas cuestiones. Y a muchas otras que llegarán después. Tenemos tiempo, apenas acabamos de zarpar. Pero mientras nos aproximamos a las respuestas, encuentro algunas intuiciones en esta primera temporada y en las actividades que hoy se presentan:

Una mirada hacia el futuro
Frente a un mundo en shock, más que nunca es necesario un teatro que enriquezca la experiencia humana y que nos anime a mirar hacia adelante. Un teatro de pensamiento, basado en la tradición, pero que no se olvide del rigor científico ni tampoco de la filosofía. Sólo así podremos hacer frente al terror de la incertidumbre y de las crisis que nos rodean (ecológica, bélica, social...). A través de una residencia de escritura propiciaremos la creación de un teatro que todavía no existe, para textos que apelen al presente y que descubran cuáles son las problemáticas a los que nos enfrentaremos en el futuro. Un teatro sobre la «distopía», pero que no renuncie nunca a la «utopía». En fin, que nos permita guardar algo de esperanza. Interesarán los textos de ciencia-ficción, pero también aquellos sobre la-ciencia-de-la-ficción. Nos preguntaremos si estas obras nuevas contribuyen a la representación real del mundo y si amplían la experiencia humana. Para llegar a él, a este teatro del siglo XXI, quizá también debamos renovar el lenguaje y adaptarlo a los tiempos que corren. Como decía Chejov, en boca de Treplev, «hacen falta nuevas formas», y estas formas atraerán nuevos públicos al teatro.

Compromiso con la verdad y con la palabra
En el siglo XXI, las ficciones tóxicas (aquellas que no reconocemos como tales) han suplantado la realidad. Los simulacros acontecen allá donde miremos: ya sea en la televisión, en los grupos de Telegram o en las redes sociales. La mentira campa a sus anchas y cada día es más peligrosa. Si entendemos que la realidad de ahí fuera ha sido construida a partir de múltiples ficciones, quizá estemos dando un primer paso para comprender los mecanismos del mundo en el que vivimos. Y, sobre todo, de las historias que contamos. Que algo sea ficción no significa que sea mentira. Considero que nuestro primer compromiso como creadores es siempre con la verdad. A veces, tengo la percepción de que las noticias del telediario se parecen demasiado a las historias que escribimos, que la agenda mediática se sube a los escenarios y suplanta la línea editorial de los espacios. ¿Por qué hay un deseo de confundir la televisión con el teatro? ¿Cuáles son las preguntas que deberían hacerse desde el escenario? ¿Qué diferencia el arte escénico del resto? Si repensamos la importancia del lenguaje y de las palabras que se dicen sobre las tablas, su valor de asamblea pública, si le devolvemos su importancia a la ficción, al arte del rodeo y a la poesía, encontraremos una vía de supervivencia. De resistencia. De ser diferentes. A través del encuentro con el otro, aquí y ahora, llegaremos a conocernos y daremos con las preguntas pertinentes y verdaderas.

Un teatro para imaginar
Desde esta carta propongo un teatro que suceda más allá de las salas de estar, que nos aleje de las cocinas y de los comedores, de los despachos y de los dormitorios. Como en mis obras, apuesto por un teatro que nos transporte al espacio exterior, que nos lleve hasta los fiordos de Noruega o que acontezca en el fondo de los océanos. Apelo por un teatro que vaya más lejos, que hurgue dentro de la imaginación y de la memoria, que busque la imagen poética, que se multiplique en los gestos de los actores. Un teatro que ocurra, a la fresca, en las cumbres de las montañas. O sobre un campo de batalla francés del siglo XV. O dentro en una urbanización abandonada con piscina. Un teatro que nos deje al descubierto, sin defensa, en el que sus personajes se enfrenten al fuego, al lenguaje de las tormentas y al silencio. Un teatro para los teatros: esa caja negra que puede contenerlo todo. Lucharemos, en definitiva, por hacer un teatro que apele a la imaginación y que, juntos, creadores y espectadores, lo convirtamos en metáfora.
 

Antonio Rojano
Dramaturgista Nave 10 Matadero 
Temporada 2024|25